Propiedad de la Viuda
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| Cementerio de la Almudena Madrid 2011 |
Un paseo aleatorio por Cementerio Street.
Cuando vi la inscripción en la lápida, no pude evitar una sonrisa mientras imaginaba que esa viuda debía ser de armas tomar. Amor apasionado, glorias militares, reproches e ironía en estado puro es lo que se puede encontrar en un paseo aleatorio por las calles de un cementerio. Es curioso cómo el paseante toma una actitud de observador distante pensando en la mala suerte que han tenido aquellos que ya no están aquí. La muerte es tratada de forma muy diferente en las distintas culturas. Desde considerarla un tabú de mal gusto, hasta la más absoluta integración en un ambiente de convivencia total. Probablemente uno de los rituales más espectaculares a los que se puede asistir hoy en día es el Famadihana en Madagascar. Todos los años, desde principios de junio a finales de septiembre, de pueblo en pueblo, las tumbas se abren y los vivos hacen danzar a sus muertos en una gran fiesta. El famadihana de un ancestro, llamado de forma incorrecta el "retorno de los muertos", se organiza como mínimo cada cinco años. Los occidentales que hemos tenido la suerte de vivir esa experiencia incorporamos una visión interesante a nuestra manera de entender eso de la muerte.
Libros historia y muerte.
Libros historia y muerte.
“El que es ejecutivo debe tener presente constantemente, por encima de todo, de día y de noche, el hecho de que se ha de morir. Ésta es su ocupación principal. Si lo tiene siempre presente, vivirá siguiendo los caminos de la Integridad, el Valor, y el Honor.” Con esta frase tan tajante comienza el libro de Don Schmincke El Código del Ejecutivo, un libro inspirado en el Código de los Samurais que hacía furor entre los ejecutivos y aspirantes a ellos en los años noventa. ¿Por qué es tan importante empezar un código de conducta con una reflexión tan obvia? Supongo que al igual que le ocurre a nuestro paseante, todos sabemos que nos vamos a morir, pero pocos nos lo creemos realmente. Es este conocimiento profundo que percibimos cuando perdemos a un ser querido, o cuando nos vemos en situaciones de riesgo, el que nos ayuda a poner todo en perspectiva. Tal vez sería bueno poder “poner las cosas en perspectiva” sin necesidad de que ocurran situaciones dramáticas a nuestro alrededor. Esto es algo que ya habían solucionado en la antigua Roma con la frase "Memento mori" (Recuerda que eres mortal). Cuando un general desfilaba victorioso por las calles de Roma, tras él un siervo se encargaba de recordarle las limitaciones de la naturaleza humana, con el fin de impedir que incurriese en la soberbia y pretendiese, a la manera de un dios omnipotente, usar su poder ignorando las limitaciones impuestas por la ley y la costumbre.
La tragicomedia.
La tragicomedia.
A estas alturas creo que la postura tragicómica refleja con bastante acierto aquello que sentimos en relación con estos temas. Hay casos muy interesantes en la cultura mesoamericana, tanto en Guatemala como en Méjico donde hay un culto a la muerte muy peculiar. Pero volviendo a nuestro hemisferio, me vienen a la memoria algunas frases celebres como la de “Señor acuérdate de este ateo” de Unamuno, o el famoso epitafio “Perdonen que no me levante” del genial Groucho Marx. Pensando en reflejar ese aspecto tragicómico en su plenitud no se me ocurre mejor manera de hacerlo que navegando por la filmografía de Berlanga. De todas, he elegido un corte de un peliculón: Placido. Para los nostálgicos del buen cine español en blanco y negro os dejo un trozo de la película para recordar cómo al final, y dado que ellas viven más que nosotros, todo lo que queda termina siendo propiedad de la viuda.



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