Capiatlismo nuestro, ruega por nosotros




Para hacerte rico

Hacía unos minutos que la charla que habíamos organizado se había terminado; allí en una de las aulas de la universidad nos quedamos un grupo de alumnos conversado con el ponente sobre los mercados financieros. Él estaba empezando a recoger sus cosas cuando volvió su mirada hacia nosotros y con una sonrisa cómplice nos dijo: “¿Queréis saber un truco infalible para ganar siempre en la bolsa?” ¡No nos lo podíamos creer, aquel bróker de mediana edad iba a compartir su “pócima secreta” con un grupo de jóvenes estudiantes! En ese instante nos quedamos callados y atendimos a todos nuestros sentidos. Entonces él sentenció: “Todo lo que tenéis que hacer es comprar las acciones cuando su precio haya bajado y venderlas cuando haya subido”. Menuda decepción. El ponente miró nuestros rostros y comentó extrañado: “No se de qué os extrañáis, muy poca gente hace eso, la mayoría compran cuando las acciones han subido y venden cuando están bajando”.

Las paradojas

Si hay algo de cierto en el sistema económico en el que vivimos es que está lleno de paradojas, afirmaciones que damos por sentadas. ¿Cómo puede ser que el padre de la economía moderna y defensor de la libre circulación de mercancías, Adam Smith, terminara sus días como jefe de aduanas? En su famosa “biblia” “La naturaleza de la riqueza de las naciones” expresa varias teorías; una de ellas es que en un ambiente de competencia, la ambición individual beneficia el bien común. Paradójicamente en los países llamados capitalistas, la búsqueda del beneficio individual nos ha llevado a sufrir de nuevo una de las crisis con las que nos premia este sistema de forma recurrente. Lo que es realmente interesante desde el punto de vista macroeconómico, es que sea una potencia “comunista” como China el que se presente como salvador de este sistema comprando deudas de los países con problemas de financiación. Es curiosamente en China donde existe la mayor concentración de multimillonarios del mundo; por otra parte es en los países capitalistas del norte de Europa donde se da una menor desigualdad entre los miembros de su sociedad. En un país “comunista” como Corea del Norte es donde se instaura una “monarquía” absolutista mientras que en la cuna del capitalismo, los USA, tratan de instaurar un sistema de Seguridad Social que garantice cobertura sanitaria a todos sus ciudadanos. Por lo tanto ni comunismo ni capitalismo parecen ser modelos económicos definidos, sino más bien etiquetas anticuadas que nos emborronan la visión.

Oportundad

Hace unos días leí en un periódico una noticia que me llamó la atención: “Si todo el mundo es egoísta, la sociedad entera se colapsa”. Era una entrevista a Jordi Bascompte, un ecólogo de la Estación Biológica de Doñana, en donde se comparaban los modelos biológicos con los económicos. Tal y como apuntaba el Premio Nobel de Economía, Jonh Nash, en un ambiente de competencia cada miembro del grupo debe hacer lo mejor para él y para el grupo. Tal vez sea el momento de empezar a ver el mundo a través de los ojos de Nash en lugar de verlos a través de los de Adam Smith. Según Nash “Sólo en las misteriosas ecuaciones del amor puede encontrarse alguna lógica”. Pero yo no descartaría totalmente las teorías de Smith; pensándolo con calma la clave está en donde se utilizan, pues seguro que si cada individuo ambicionara ser mejor persona de lo que es, la sociedad en su conjunto se beneficiaría.




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