La Promesa

Ron Zacapa Centenario un Ron de ensueño desde Guatemala a Madrid 2012  

Para la que fue mi primer a  para la que es mi mejor a

La reunión

La reunión transcurría en un ambiente cálido e informal como de costumbre a pesar de la trascendencia de las decisiones que se estaban tomando. Revisar resultados quinquenales analizar las desviaciones y sobre todo establecer objetivos para los próximos cinco años. Nunca había sido necesario redactar un memorándum ni pasar copia a ningún comité, todo quedaba entre nosotros. Hasta ahora siempre hemos conseguido alcanzar los objetivos a pesar de todas las dificultades, simplemente confiando en lo que somos, viviendo la vida a nuestra manera. Las cosas no han sido sencillas y no estamos libres de caídas ni errores en nuestro camino pero hoy, María, es madre de unos niños preciosos como siempre deseó y yo sigo mi carrera personal conmigo mismo por descubrir nuevos retos, nuevos lugares, haciendo algo nuevo cada día como siempre soñé hasta ahora. María y yo nos conocimos hace más de veinte años y empezamos a realizar estas reuniones por casualidad como un juego inocente. Dedicábamos una tarde a soñar y hacernos promesas sobre cual sería nuestro futuro y pasados los años dedicábamos una tarde a recordar que había sido de lo soñado. Solo confiábamos en nosotros para conseguirlo como si nada más importara. Mirando el futuro tan de cerca sin importar lo lejos que éste estuviera.

Mirando atrás

En todos estos años han aparecido tantas victorias como fracasos, tanto placer como dolor, pero siempre tratamos de igual forma al éxito y al fracaso, poniendo distancia y aprendiendo de ellos. Tal vez la clave fue la confianza que hemos ido manteniendo a pesar de todo. Es importante cuando se busca confianza poder encontrarla en alguien. En estos años hemos pasado de las cartas con sello a los mensajes por Facebook. Ahora hemos entendido que ya no nos contamos las mismas cosas que antes cuando nos carteábamos. Escribir una carta es un acto que encierra cierta complejidad y que exige una dedicación y una espera que hace que el resultado tenga un valor excepcional. Fue hablando sobre ello, en nuestra última reunión, cuando prometí a María que le volvería a escribir. Ahora escribo cartas abiertas en mi blog y últimamente lo vengo haciendo en inglés. Ella se quejaba de que en inglés no es lo mismo así que le prometí que, de vez en cuando, volvería a hacerlo en español.

Mirando hacia delante

Así que decidimos aquella tarde lluviosa de otoño en un bar de la calle Real que era tiempo de volver a imaginar el futuro y a eso nos dedicamos la última vez. Es cierto que las cosas no están bien, pero ¿a caso no estaban mal cuando empezó el juego hace más de veinte años?. Así que hoy como ayer también nos atrevimos a imaginar. Ella sigue con su proyecto de combinar su oficio de madre con su futuro profesional así que, con los numerosos master y cursos que va acumulando, confía en que su punto de encaje esté por llegar. Yo, por mi parte dibujé un paisaje con nuevos elementos que le sorprendieron  y es que hay una edad para cada cosa y el futuro está siempre lleno de posibilidades. Esta vez me llevará algo más de cinco años, pero en cinco años sabré lo cerca que estoy de cumplir un nuevo objetivo. Por el momento mantengo la promesa de brindar con una botella de Ron Zacapa sentados a las puertas de mi nuevo sueño dentro de unos años. Ahora ya sabemos que todo es posible, que será difícil y que no hay que rendirse. Nos hemos vuelto a dibujar un futuro y nos lo hemos vuelto a prometer a nosotros mimos y cuando tienes una promesa por cumplir. . . Nothing else matters.




Comentarios

Entradas populares