El arte de Soñar

Para J


¿Puede un solo hombre desafiar a una potencia mundial y vencer? La historia, como maestra del presente, nos enseña que sí. Eso es justo lo que hizo Mahatma Gandhi cuando el 15 de agosto de 1947, India obtuvo la independencia del dominio británico. Esto nos demuestra que un sueño puede ser un arma poderosa.

¿Qué es un sueño? 

Me decía mi amigo Felipe que “el hombre es el único animal capaz de imaginar el futuro.” Podríamos pensar que si deseamos con todas nuestras fuerzas que nos toque la lotería, llegue a nosotros ese bendito décimo que solucione todas nuestras desgracias. En realidad hay una gran diferencia entre lo que es un simple deseo y un sueño. Podríamos definir un sueño como una visión personal e íntima de futuro que cambia gracias a las acciones que nos apasionan.  La fuerza de ese sueño o esa visión se puede sentir físicamente; para ello sólo hay que cerrar los ojos y proyectarla en tu imaginación, en ese momento recibirás una descarga de emoción y satisfacción que te anticipa la recompensa que recibirás cuando esa visión se haga realidad. Por tanto, es fundamental tener una visión clara; cuanto más clara, mejor y sobre todo que despierte en nosotros un profundo sentimiento de emoción cuando la recreemos en nuestra imaginación.

Un sueño nos aporta dos elementos imprescindibles: la energía necesaria para superar adversidades y la dirección concreta para tomar las decisiones adecuadas. Cuando tenemos una visión clara, nuestra mente percibe selectivamente aquello que necesita para que esa realidad se cumpla. Si pensamos en coches escarabajos rojos empezaremos a ver como por arte de magia un montón de coches de este tipo. En realidad siempre estuvieron ahí lo que ocurre es que nuestra mente filtra la información y nos “alerta” cada vez que aparece uno. En el caso de los sueños, es lo que se conoce como el efecto Pigmalión o profecía autocumlida: es una expectativa que incita a las personas a actuar en formas que hacen que dicha expectativa se vuelva cierta.

Tu elección

Pero tenemos la libertad de elegir el camino, es decir si tenemos una visión destructiva de nosotros o nos imaginamos un futuro agónico, nuestra mente trabajará duro para que se cumpla. Por lo tanto, según parece, a la larga nuestra visión y la realidad tienden a encontrarse y la historia nos muestra muchos ejemplos de esto. Las personas que son plenamente conscientes de esa realidad desprenden una enorme energía vital y son conscientes de cómo manejan la vida en lugar de sentirse manejados por ella; en ese momento es cuando vivir se convierte en un tema urgente.

El futuro

Por ahora mi sobrino Tomás duerme tranquilo. Sé que empieza a percibir la realidad y a comprender el entorno que le ha tocado vivir. Espero que pronto empiece a construir en su cabeza un mundo mejor; espero que pronto deje simplemente de dormir y empiece a soñar.

Se trata de que también para él Vivir sea un asunto urgente


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