El tiempo, la llave de los sueños
El tiempo, ese gran desconocido
Nuestra concepción del tiempo está delimitada por nuestra naturaleza humana. Entendemos el tiempo como una dimensión física que nos permite ordenar los sucesos en secuencias. Podemos considerar al tiempo como un recurso, en palabras de Benjamin Franklin “El tiempo es oro”. Tal vez sea así pero se trata de un “oro” muy especial. A todos nos dan la misma cantidad cada día, unos 1.440 minutos que no podemos almacenar y que fluirán alrededor nuestro a un ritmo constante, y sobre los que no siempre tenemos control.
![]() | |||||
Ciudad de la Voces (Tikal) |
Es difícil encontrar una definición holística para "El Tiempo" que pueda complacer a todo el mundo. Hay culturas que tienen conceptos diferentes. Frente a la mentalidad occidental que considera al tiempo como dimensión lineal y constante, Los Mayas, maestros del tiempo, lo medían en ciclos; uscaban la armonía entre el cosmos y el ser humano, como hacen en uno de sus calendarios, el Tzolkin que está sincronizado con nuestro propio cuerpo. Para dar respuesta al enigma podemos hacer la pregunta de forma inversa, y preguntamos qué pasa cuando no hay tiempo. En este caso parece más evidente. Si no hay tiempo es porque no hay vida, luego desde nuestra percepción humana el tiempo es mucho más que oro, el tiempo es vida.
Para qué utilizar mi tiempo: La Visión
Una amiga me decía hace unos días que estaba pasando una crisis porque no vivía la vida que había soñado algunos años atrás. Podemos preguntarnos si en realidad tenemos la capacidad para poder manejar nuestras vidas con absoluta precisión y hacer que se cumplan todos nuestros sueños o deseos a largo plazo, o por el contrario solo somos víctimas de un entorno, un sistema económico y social, y donde nuestra suerte nos viene dada por los acontecimientos externos.
Probablemente ninguna de las dos posturas es totalmente cierta. Si bien es cierto que estamos determinados por unas condiciones genéticas, que nos vienen dadas, y por las reglas del entorno en el que vivimos, tenemos cierto margen de maniobra. Una vez que nos conocemos a nosotros mismos y a nuestro entorno, una vez que asumimos nuestro talento y nuestras limitaciones, tenemos una gran capacidad para tomar ciertas decisiones que nos permiten conducir nuestra vida.
Lo cierto es que para no terminar en el lugar equivocado, lo primero es pensar cual es el lugar donde me gustaría estar. Cual es mi Visión. Lo mejor es construir una Visión realista. Pero eso no significa que no tengamos que ser ambiciosos. Hay ejemplos de personas que dedicaron gran parte de su tiempo a cumplir su sueño, su Visión. Tenemos casos extraordinarios como Mahatma Gandhi que dedicó gran parte de su vida a realizar una Visión que a la mayoría de nosotros nos parecería imposible. También hay casos de sueños más cotidianos, pero que nos impactan por la enorme emoción que transmite como la que se refleja en este famoso vídeo de un padre realizando su Visión.
Tal vez no podemos compararnos con personas tan excepcionales. Pero no es necesario tener grandes sueños que nos parezcan imposibles, como decía Kipling en su famoso poema, basta con soñar y no ser esclavo de tus sueños. Soñar es un derecho del Ser Humano y está en él trabajar en la dirección adecuada para conseguir cualquiera que se proponga.
¿Nos encaminamos a nuestros sueños?
![]() |
Playa del Pacífico Guatemala |
Según el pequeño sondeo que realicé, solo poco más del 50% de las personas piensan en sus sueños todos los días.
Podemos hacer un sencillo ejercicio para ver lo cerca o lo lejos que estamos de realizar nuestros sueños. Haz una lista con las cosas que son más importantes para ti, tus sueños, y darle un peso a cada una. Después trata de ver qué proporción de tiempo le dedicas al día a las cosas que para ti son más importantes. Es muy posible que descubras que hay ciertas diferencias entre ambos porcentajes. Es cierto que todos tenemos limitaciones obvias que no dependen de nosotros. Sin embargo en muchas ocasiones tenemos intención de realizar cambios en nuestra vida que nunca terminan de cumplirse.
Una explicación de porqué llenamos el uno de enero de buenas intenciones para terminar llenando el treinta y uno de diciembre de arrepentimiento, podría ser consecuencia de la forma en que está estructurado nuestro cerebro.
Tenemos un cerebro que está organizado por capas. El más primitivo se conoce como celebro reptil y es el que rige nuestros instintos básicos de supervivencia. Por otra parte tenemos el cerebro racional que la naturaleza puso en el neocórtex. A los instintos, impulsos y emociones se añadió de esta forma la capacidad de pensar de forma abstracta y más allá de la inmediatez del momento presente, de comprender las relaciones globales existentes y de desarrollar un yo consciente y una compleja vida emocional. El problema está en que nuestra parte racional es relativamente joven y tenemos una tendencia natural a comportarnos según nuestra parte más primitiva. En palabras del neurofisiólogo Paul MacLean, del Instituto Nacional de Salud Mental de los EE.UU: “Aun tenemos en nuestras cabezas estructuras cerebrales muy parecidas a las del caballo y el cocodrilo”
El hábito del monje
![]() |
Alminar Mezquita Jaffa Tel Aviv |
La clave para poder conectar esos dos mundos, el presente inmediato y la Visión o el sueño futuro la han solucionado de forma muy eficaz la mayoría de las religiones en el mundo. Se trata sencillamente en establecer ritos sistemáticos y repetitivos que nos refuercen nuestro objetivo. Se trata de establecer hábitos que permitan conectar lo estratégico con lo cotidiano. Sirva como ejemplo el islám, donde uno de los cinco pilares en los que se basa la vida de un musulmán son las cinco oraciones diarias (Salaah) mirando en dirección a la Meca. Ese precepto les hace estar conectados con su Visión casi cada tres horas cada día. Además de otros ritos anuales, como el pago del azaque, o el Ramadam, y vitales como la peregrinación (Hajj) a la Meca. Así es como se alcanza la morada de los justos (Al-janna). Está claro que la Visión es suficientemente atractiva como para generar determinados comportamientos.
Por otra parte, si leemos algún libro de auto ayuda, o de desarrollo personal siempre nos van a aconsejar determinadas prácticas que tienen el mismo objetivo. Ya sea, poner una foto en la que se visualicen tus objetivos en un lugar relevante, escribir en una libreta quince veces seguidas cada día aquello que deseas etc. La cuestión es, una vez establecido el objetivo, ejercer rutinas cotidianas que nos conecten con él.
Parece ser que el hábito si hace al monje, por lo que es importante, una vez tenemos una Visión de hacia donde queremos ir, establecer ritos cotidianos que nos conecten con esa realidad. En este sentido si tu sueño no es lo suficientemente motivador para cambiar tus hábitos, tal vez es mejor cambiar de sueño.
La disciplina del militar
Está claro que cualquier reto requiere esfuerzo. En el caso de la gestión del tiempo es más complejo que la gestión de una cuenta de ahorros, por las peculiaridades de este recurso y por nuestra propia condición.
Si te interesa profundizar en técnicas de gestión del tiempo puedes hacerlo siguiendo unas pautas relativamente sencillas, pero que te exigirán disciplina y constancia. Aquí tienes cinco puntos a considerar.
1. Planifica sin ambición, pero planifica. No se trata de acertar, pero piensa en la lista de lo que quieres conseguir antes de ponerte a hacer cualquier cosa por impulso. Y sobre todo deja espacio entre tema y tema para que puedas adaptarte a los acontecimientos.
2. Mide. Solo se gestiona lo que se puede medir, así que trata de medir a qué deberías dedicar tu tiempo y a qué lo dedicas realmente. No se trata de frustrarse, sino de establecer mecanismo de corrección de forma constante que nos permitan estar centrados en lo que realmente nos importa.
3. Urgente – Importante. Trata de definir tus tareas en función de lo importante o no y lo urgente o no que sean. Podrás comprobar la cantidad de tiempo que dedicas a cosas no importantes y no urgentes.
4. Acota las tareas al tiempo. Se trata de cerrar espacios concretos de tiempo que dedicarás a cosas concretas. Tiene que establecer un compromiso de comienzo y de fin del tiempo que vas a dedicar a una acción.
5. Atento a los ladrones del tiempo. Son personas o tareas que absorben gran cantidad de nuestro tiempo, que no tiene interés real para nosotros y nos dejan agotados. Trata de identificarlos y evitarlos.
Pero sobre todo se trata de vivir y en ocasiones de perder el tiempo sin perder el tiempo. Dedicar tiempo a ti mismo, hundir los dedos en la arena y sentir cómo las olas del mar acarician tu mano es un ejercicio que me recomendaron hace algún tiempo y que trato de practicar siempre que tengo ocasión. Gestionar el tiempo no es vivir extremadamente, pero recomiendo no dejar de seguir en este tema el consejo. es decir, sé conscinete del tiempo que dedicas a perder el tiempo.
En esta entrevista se dan algunos apuntes sobre la gestión del tiempo que resultan interesantes.
Tiempo para el tiempo
Si el oro es el material con el que se forjan los sueños, tal vez el tiempo sea la dimensión que permite que se hagan realidad.
Como decía el poeta:
"Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor."
Jorge Manrique
Comentarios
Publicar un comentario